Un día en la memoria: Trujillo
(Crónica escrita para el Equipo Peruano de Antropología Forense, EPAF, en apoyo al proyecto del artista Mauricio Delgado, "Un día como hoy". En: http://www.desaparecidoshastacuando.com/?p=377)
<Qué bueno que promuevan esto por aquí. Acá la gente no sabe pero en Trujillo también hubo gente que murió o desapareció. Aquí también se sintió»[1], dice Emanuel, con voz apacible. Él es miembro del IECO (Integración Estudiantil por el Cambio Orreguino) y estudiante de Arquitectura de la Universidad Privada Antonio Orrego (UPAO).
Como Emanuel, otros jóvenes estudiantes trujillanos se mostraron esa mañana entusiasmados por Un día en la memoria. «Qué bueno que esto nos llegue»[2], decían.
«Esto es más que interesante, es importante. Sería increíble poder usar las imágenes y producir un trabajo para nuestro festival», dijo Ernesto. Alumno de Antropología en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), pertenece a uno de los cinco centros estudiantiles de su Facultad. Junto con los demás miembros estaba proponiendo ya a partir de las estampas de Un día en la memoria lo que podría mostrarse en el festival que están organizando y llevarán a cabo luego de las huelgas y la suspensión de clases, buscando integrar el resto de centros de la Facultad de Ciencias Sociales, para así promover el debate y la difusión de estos temas dentro de la universidad nacional más importante de Trujillo.
¿Por qué un taxista cansado de la violencia, un hombre agazapado entre monigotes de un Museo de Juguetes y un vendedor de libros viejos, afiches de futbolistas, chevistas de rock y cocina, arrinconado junto a un portón viejo de la ciudad, pueden interesarse por algo como Un día en la memoria? La respuesta es simple: aquí también se vivieron los estragos de una guerra. «Déjamelos. Al primero que venga se los daré. Hay mucha gente que quiere saber de estas cosas», decía el vendedor, serio y reservado.
«Difundir esto es importante. Aquí en la UPAO la gran mayoría de estudiantes no son trujillanos; vienen de todos lados. Muchos son hijos de personas que emigraron a causa del terrorismo también», decía Emanuel, ahora junto a otros compañeros de la universidad.
Si bien el terrorismo se desarrolló con mucha mayor fuerza y vertiginosidad en el sur andino —destruyendo pueblos, desapareciendo inocentes, reclutando niños— no sería inútil decir que hoy el terrorismo sigue viviéndose en la memoria de muchos peruanos en todo el territorio, pues aquellos que sufrieron la violencia —dentro de sus propios contextos sociales durante dos largas décadas de barbarie y represión—, viven su día a día, su día como hoy, en cada rincón de este país.
Todos vivimos hoy días que vinieron de «aquellos tiempos»; todos vivimos nuestro día como hoy en el recuerdo crucial de un país que debe mirarse hacia dentro. El recuerdo del dolor de la violencia no sólo es un problema regional sino que se ha convertido —tal vez ya desde hace bastante tiempo— no sólo en un tema de discusión sino en una vivencia nacional.
Lorena de La Puente
Sociología, PUCP
[1] Trujillo y Cajamarca se volvieron desde 1980, pero principalmente en la {década siguiente, un eje importante para Sendero, ya que significaba el acceso a San Martín y el resto del norte. Muchos no consideran a esta zona como ejemplo de los tiempos de violencia, sin embargo la CVR registra 110 víctimas y, para 1995, 260 Comités de Autodefensa en los territorios post-reforma. Fuente: Informe Final, Tomo IV: 1.6 (http://www.cverdad.org.pe/ifinal/index.php).
[2] En la UPAO, los 9 Centros de Estudiantes (CE) difundirán en sus espacios públicos y virtuales el proyecto Un día en la memoria, siendo Psicología uno de los más interesados.